viernes, 2 de enero de 2015
LADRON DE MARTILLOS
Había un carpintero que trabajaba en su establo haciendo jaulas para gallinas. Sucedió que se le desapareció el martillo y lo buscaba desesperado.
Saliendo del establo vio al hijo del vecino pasar por allí y empezó a sospechar de él.
Cuando más lo pensaba más se convencía de que ese niño le había robado su martillo. Comenzó a espiarlo; cuando el niño salía de la escuela y cuando llegaba.
Cada vez lo veía más claro: "Sin duda alguna, él fue quien me robó el martillo; tiene cara de ladrón de martillos, se mueve, camina, habla, como un verdadero ladrón de martillos".
Y cuando más vueltas le daban en su cabeza pensando que era él y lo miraba como tal, más se convencía.
Pero a los dos días, encontró su martillo al recoger el aserrín: estaba cubierto por aserrín y maderas.
Ese día vio salir a su vecino y ya no lo vio como ladrón de martillos: ni su cara ni su forma de caminar de correr eran de un ladrón de martillos.
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